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viernes, 3 de octubre de 2025
Roberto Arlt (Programa del 2 de septiembre de 2025)
AGUAFUERTE publicada el 27 de diciembre de 1928 por Roberto Arlt en Diario El Mundo.
ELOGIO DE LA PLATA
Cada vez que a un vago amigo le he preguntado dónde trabaja, me contestó:
–Tengo un empleo en La Plata.
Y tan frecuentemente he recibido esta contestación que llegué a formarme la idea de que la benemérita ciudad de La Plata era algo así como el vaciadero de toda la atorrancia porteña, el paraíso de los “fiacunes” que necesitan justificar un medio de vida. Ayer, después de arduas cavilaciones, resolví hacer un paseo hasta la ciudad ignota y desconocida.
Como es natural, en la estación no me esperaba ni una banda de música ni una comisión de vecinos distinguidos, por lo que pude inspeccionar la ciudad a mi antojo y sabor, es decir, darme cuenta con mis propios ojos de lo que, sin tratar de parecerme a los viajeros distinguidos, llamaré “magnífica ciudad”. Y lo es sin vueltas.
EL PARAÍSO DE LOS VAGOS
¿Cómo iniciaré el elogio de esta ciudad? ¿La llamaré la preferida de Dios, la elegida del Señor, el Refugio de la Sulamita (hay muchas y estupendas), el Jardín de la Fiaca? ¿Cómo iniciaré el elogio de esta ciudad magnífica, amplia, limpia, arbolada, soleada, asfaltada, sin mujeres feas, con edificios maravillosos, con tranvías que paran en mitad de la calle, con agentes que bien podrían ser caballeros y que lo son por los modales? ¿Cómo elogiaré esta ciudad de cafés con mozos cordiales, con gente que camina sin apuros, con comerciantes que se recrean leyendo los letreros de sus comercios, con plazas sin atorrantes, con calles sin ómnibus ni autos colectivos -¡gracias al diablo!-, con árboles por dónde se mire y con mujeres tan lindas que se piensa que a las feas las tienen secuestradas bajo siete candados para que no estropeen la armonía de ese paisaje que lo constituye el todo y las partes de ese inefable paraíso de silencio?
¡Silencio, sol, árboles! Insisto: La Plata es el paraíso de los vagos, el templo de los enfermos de actividad, el gran específico para los neurasténicos, la tabla de salvación de los “esquenunes”. La Plata es la tierra de la promisión de todos los que sueñan con una vida de espaldas al sol.
Me he quedado encantado con esta ciudad. Alguien me dice que es una ciudad de estudiantes… ¡Puede ser! Yo no he visto estudiantes en ninguna parte, sino gente pacífica, tranquila, que en los cafés hacen rueda desde temprano, como si su ocupación fuera balconear la vida y a los pájaros que picotean sus sombras en las veredas.
EL ESPECTÁCULO
Le inquiero al boletero del tranvía la dirección de una calle, e inmediatamente un bombero, una señora anciana, un caballero mulato, el motorman, un cabo de vigilantes y un vigilante, espontáneamente, se ofrecen a darme cuanto dato pido. Me quedo asombrado al comparar, instintivamente, la grosería porteña con la amabilidad de esta gente.
¿De dónde ha sacado la compañía de tranvías de La Plata personal tan adecuado? Yo no lo sé ni puedo explicármelo. ¡Si casi le piden disculpas a uno por cobrarle el boleto! El tranvía para mitad de cuadra, para dejar subir a una anciana que desde la distancia se agita como semáforo. Yo miro en rededor y un caballero anciano también, de barbas plateadas, me dice, con un orgullo que me explico ampliamente:
–Aquí, señor, no han podido prosperar los ómnibus.
–Ni prosperarán –dice otro que parece ser un “ave negra” cordial y espontánea.
Yo me agarro la cabeza. ¿Será posible encontrar gente tan civilizada, tan culta, a sesenta minutos de la Capital?
Entro a un almacén y pido hablar por teléfono. El hombre almacenero me busca la dirección en la guía.
Salgo y recorro las calles.
Una limpieza especial, una limpieza de casa holandesa prima en todas partes. Los comerciantes estudian astronomía desde sus mostradores. Otros se pasean con las manos atrás, frente a los letreros de sus tiendas y miran a los letreros como si los letreros tuvieran santas leyendas. El sol cae abundante y beneficioso sobre sus amplias espaldas. El silencio llueve sobre las plazas adornadas como para un día de fiesta. No se ven atorrantes ni para remedio.
CAFÉS Y VIGILANTES
Los cafés están repletos de gente que hacen filosofía al margen de una tacita de achicoria. Los mozos parecen conocer a todo el mundo, porque veo que la gente se levanta de las mesas sin pagar, y en vez de ocurrir una tragedia como ocurriría en esta ciudad de filisteos, el mozo exclama:
–¡Hasta luego, don Joaquín, o hasta luego Noy!
Y eso es todo.
Tigero, el compañero Tigero que me acompaña en esta excursión, me dice:
–Fíjese en el vigilante que ha parado a aquel automóvil.
Yo me fijo y veo que el agente está procediendo por una infracción del “chauffeur”.
El “crosta” menea el brazo y el bastón; la gente mira y trata de recoger las voces de aquel sermón larguísimo y, al final, el infractor se va. El agente no le ha hecho ninguna boleta. Se ha limitado a darle una lección de buena crianza.
Yo miro en rededor y le digo a Tigero:
–Pero en esta ciudad, no se ven mujeres feas.
–Las mujeres de La Plata son las más lindas del mundo –me contesta éste.
Y yo juro que eso es cierto. He estado desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde en esta ciudad de silencio, de sol, de belleza y de vagancia, he visto a 358 mujeres, de las cuales doscientas cincuenta y ocho son lindísimas, sesenta regulares y el resto como para hacerle perder la cabeza a cualquiera.
Y yo he pensado:
–Si me tocarse la lotería o un empleo fácil y sustancioso, me vendría a vivir a La Plata. Mi espíritu se regocijaría ante el panorama que contemplarían ojos, y éstos estarían de garufa corrida, pues, cuando no mirasen el cielo, que es lindo y azul, mirarían a las mujeres ¡que son más lindas todavía!
CINE Y LA LITERATURA CON FLORENCIA VENTURA
EL CINE Y LA LITERATURA
Del libro de Alsina Thevenet “Historias de películas”:
En la década del 50 un grupo de jóvenes críticos franceses puso en circulación la teoría del AUTOR, que sostiene que el responsable de una película es su DIRECTOR. En forma similar al del escritor, el pintor o el compositor musical.
Ellos eran: Truffaut, Godard, Chabrol, y otros, que escribían como críticos de cine en Cahiers du cinema y querían dirigir sus propias películas.
Este movimiento fue la Nouvelle Vague. (La nueva ola).
Ahora, ¿es verdad esta idea? ¿aplica por ejemplo a las películas de Hollywood? Parece que no, allí hay grandes películas que le deben su grandeza a los productores, a los guionistas, a los técnicos, a los actores…
Dice IA:
Las relaciones entre el cine y la literatura incluyen la adaptación de obras literarias al cine, donde los libros se convierten en guiones; la influencia mutua en la estética y el lenguaje, con figuras retóricas compartidas como la metáfora y elipsis; la complementariedad narrativa, con ambos medios contando historias pero de formas diferentes; la influencia del cine en la literatura, creando imaginario popular y nuevos motivos; y la relación de mercado, donde el cine da acceso a un público más amplio a las obras literarias y viceversa, creando un ciclo de beneficios mutuos.
1. Adaptación de obras literarias al cine
La relación más directa es la adaptación de novelas, cuentos o cómics a películas, transformando el lenguaje literario en imágenes y diálogos cinematográficos.
Esta adaptación requiere habilidades para trasladar atmósferas, personajes y emociones al nuevo medio.
2. Influencia mutua en la estética y el lenguaje
Tanto la literatura como el cine utilizan un lenguaje narrativo y comparten figuras retóricas.
Ejemplos incluyen la metáfora (una tormenta que representa un estado de ánimo), la elipsis (sugerir algo con un sonido en lugar de una imagen) y el hipérbaton (alterar el orden lógico de las imágenes).
3. Complementariedad narrativa y de temas
Ambos medios son formas de contar historias, compartir estructuras míticas y explorar temas universales para entretener y transmitir mensajes.
Pueden complementar la obra original, por ejemplo, explicando detalles de la trama o expandiendo el universo de los personajes.
4. Influencia del cine en la literatura
El cine, especialmente el de serie B, ha generado un imaginario popular, codificando personajes y ambientes que luego son referenciados en la literatura.
Los escritores usan este discurso popular como material para sus obras, incluyendo homenajes y parodias.
5. Relación de mercado y público
Las adaptaciones cinematográficas hacen que las obras literarias lleguen a un público más amplio, lo que puede aumentar las ventas de los libros.
A su vez, las películas basadas en libros suelen tener un mayor éxito en taquilla, y ver una película puede inspirar a buscar la obra literaria original
…
¿La historia real debe ser respetada por el cine?
Por ejemplo, en El acorazado Potemkin, su director Eisenstein inventó una enorme escalera que bajaba hacia el puerto para filmar una de las escenas más trascendentes de la historia del cine, y además inventó un final con el barco avanzado entre la flota que respondía al zar, intocable, victorioso, algo totalmente falso en la historia real.
Por lo tanto, si el guion no respeta a la historia, ¿debe respetar al libro de toma su fuente?
¿cuántas veces escuchamos la frase “el libro está mejor que la película” o al revés “la película está mejor que el libro”?
EN EL PROGRAMA DEL 16 DE SEPTIEMBRE DE 2025, FLORENCIA VENTURA NOS DIO SUS RESPUESTAS Y COMENTARIOS A ESTAS Y A OTRAS CUESTIONES. Y NOS EXPLICÓ POR QUE EL PADRINO ES UNA DE LAS MÁS OBRAS DE ARTE QUE CREÓ EL CINE
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