Destacamos a FABIAN CASAS y sus pequeños ensayos y a LEONARDO PADURA, autor cubano que escribió la monumental novela "El hombre que amaba a los perros", un recorrido por el exilio de Trotsky y su posterior asesinato, la vida de Ramón Mercader, el asesino y la del escritor que unió estas historias de una forma magistral.
Para el Mercenario, recordamos la canción de Paul Mc. Cartney "Pipas de la paz" inspirado en la primera guerra mundial.
A continuación, el Editorial de Bicho:
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Fabián Casas |
A continuación, el Editorial de Bicho:
Primer programa de Collar de Perlas 2014. 19 y
30 hs. orden del Productor anterior: "escribí que una hora y media…" Como todo
ex comisario, órdenes de entrecasa pensé. Hermoso Mariano, escribí, los grandes tardaron
años en escribir sus obras y a mí me dan 90 minutos. Acá estoy, frente a la tiranía de la hoja en
blanco, margen justificado, calibrí tamaño 11… a quién le puede importar esto…
Escuchen esta historia: a mediados de enero llama
Mariano: "estoy en la puerta de Santa Marta" dijo.
-Ya voy. Regresaba de mi caminata frente al
mar, ya no diaria.
Abrazo, beso, mates, de regalo de Navidad un
incunable de Jorge con dedicatoria que dice: “Para el Sr. Bicho, con todo
respeto y gran afecto, desde el CIELO. FDO. JORGE…”
Un ejemplar de El Matadero de E. Echeverría amarillísimo
como debe ser. Hermoso obsequio y desde el cielo.
Toda una casualidad, porque el día anterior estuve con
Estelita y su esposo; El Beza, (maestro) y señora (nueva) esposa, pareja (no sé ni
tampoco importa) lo que sea, pero qué bien se los ve. Y su señora madre salteña,
bonita como siempre, con su humor a cuestas, con quien me tomé unos vinitos,
reunión amena con los Maffia como siempre. Y además Negro, sin el Maffia que se duerme y
resbala el codo por cuanta mesa haya a las 12 de la noche.
Ahora bien, hoy recibo mail de Marianito debido
a que no recuerda un buen cuento, que espero comente, de Mempo Giardinelli. Como siempre me pide que le pase el título del cuento de Sasturain, todo eso lo
hace para molestarme por supuesto y ponerme a prueba. Y dice: "Creo que fue una de las cosas más
lindas que leí en el verano. Quería contarlo hoy y no lo puedo recordar. Fíjese
además qué curioso que cuando lo leí, inmediatamente pensé en mi padre Jorge,
que esas cosas le encantaban y se lo hubiera compartido gustosamente y nos
reiríamos juntos. Ante su ausencia de este mundo, lamenté no poderlo compartir.
Es en esos momentos que siento que lo extraño, cuando tengo algo que sé que
podríamos compartir y disfrutar y lamentablemente no se puede. Inmediatamente
vino a mí la siguiente pregunta: Esto seguramente le encantaría a Bicho, porque
entendería esa complicidad de amigos de la noche, que desean tanto ver el mar y
por qué ante la falta de un padre, un amigo grande como usted, tan cercano y con
la experiencia de haber vivido esas épocas de bodegones, bien puede suplir esa
carencia. Espero lo haya podido leer y lo haya disfrutado como yo. Lo abrazo
como a un padre, que, más que padre es un amigo y espero su respuesta.”
Mi respuesta voló, sin embargo, lo más
importante que me quedó dando vueltas fue “extraña Marianito", cómo no extrañar
un padre como Jorge. La excusa es Mempo hoy y mañana será otro autor y lo
cierto es que no hay excusas, y está muy bien extrañar grandes afectos, por
suerte el fundador nos enseñó a embalsamar caricias y a usarlas precisamente
cuando extrañamos.
Y ahora como colofón y para reír porque eso
también pide Jorge, en la próxima visita aprendeeeeeeeeee de memoria el manual
de alarma de Citroen… el abc, cerrar todas las puertas primero. Abrazos.
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