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jueves, 2 de octubre de 2025

 


LA LITERATURA Y EL CINE, con Florencia Ventura

viernes, 13 de diciembre de 2024

JOAQUIN CASTELLANOS en buenosairesfm.com o en el 97.5 Mghtz

en el programa del 10 de diciembre de 2024 hablamos de JOAQUIN CASTELLANOS, abogado, legislador, gobernador de Salta y poeta, autor de "El borracho", una obra publicada en 1887, que se animó a cuestionar la sociedad de su momento, la política y las costumbres. https://open.spotify.com/episode/3xgf7QZYctUPpi2X9CwfbA?si=2c2684fc2a974571&fbclid=IwY2xjawHJWkpleHRuA2FlbQIxMAABHVpEehSyaZm9DTK5_Y2jG1G08wKGk6dnsBFrEl-jFNphFdfNb_vUlg4ruA_aem_v0Qd3S_cuiCh3awpVzNvEg&nd=1&dlsi=bbc902b9ca5f4e47

domingo, 8 de abril de 2018

Una novela china de CESAR AIRA


Escrita en el tono en que hemos leído la literatura oriental, como una fábula, con metáforas, con imágenes vinculadas a la naturaleza: ríos, montañas, osos, ruiseñores el sol y la luna en sus ciclos, las estaciones, el verano y el invierno y el tiempo, en su enorme extensión y al mismo tiempo, su brevedad.
Lu, el protagonista hace un plan a largo plazo, adoptar una niña para que cuando crezca sea su esposa. Justifica su idea en la arraigada costumbre de los montañeses de mantener relaciones incestuosas.
La historia transcurre en una aldea de China, en una época difusa, probablemente en las décadas 50, 60 y 70. Hay referencias a Chou en Lai, la guerra fría y a la revolución cultural. El marxismo está flotando y en un momento se lo compara con la lluvia, como algo que es inevitable.

A continuación, un párrafo:
Hua, pensaban sus dos contertulios, era un melancólico; por dentro era una verdadera señora; la forma de sus ancas no desmentía su modo de sentarse en el mundo.
Uno de los gatos se hizo notar de pronto, con un pequeño maullido. Como si lo hubiera oído, desde afuera respondió un pájaro, de los que se refugiaban en el alero de Lu los días de lluvia: una golondrina. El gato fue al centro de la sala, y lo siguió perezosamente el otro; los dos eran de un blanco amarillento, uno de ellos con máscara negra. El primero saltó al vano de la ventana y miró un instante, tal como lo había hecho Hua. Después volvieron a sus almohadones. Los sobresaltó un aleteo, y quedaron un rato con las orejas erectas. Había huecos en la inserción de las vigas del cielo raso, y las golondrinas debían de estar presentes también en la reunión, aunque ocultas.
Fue el turno de Lu Hsin de dar su propia opinión sobre el caso:
—A mi juicio, lo que propone Chen con la ambigüedad de su destreza, es nuestra comprensión. Se supone que al fin de una larga o breve deliberación ante sus obras, deberíamos llegar a una comprensión: es real, o es un fraude. Pues bien, en un sentido u otro, nuestra conclusión será incomunicable, por cuanto la comprensión misma es incomunicable. Y no me refiero a una pedagogía… Lo incomunicable lo es para con uno mismo. De ahí que somos nosotros mismos los que no comprendemos nuestra comprensión. —Hizo una larga pausa—. La misión del artista es hacernos comprender eso al menos, y creo que Chen lo hace bien.

Sus amigos asintieron.

domingo, 18 de febrero de 2018

las mujeres de la generación beat

“Hubo mujeres [en la generación beat], ellas estuvieron ahí, yo las traté.
Sus familias las internaron en hospitales psiquiátricos, les aplicaron electrochoques. En la década de 1950 si eras hombre podías manifestarte como rebelde, pero si eras mujer tus mismos familiares te encerraban. Hubo muchos casos que yo conocí, sobre los cuales algún día se escribirá”.
Gregory Corsso

El 14 de enero de 1967 tuvo lugar, en el Golden Gate Park de San Francisco, el mítico Human Be-In Festival, antecedente inmediato del «Verano del amor»  una performance de psicodelia  y las expresiones de aquello que se llamaba la contracultura. Junto con Allen Ginsberg, Timothy Leary y Michael McClure subió al escenario para hacer historia una única mujer: Lenore Kandel. Ella, nacida en Nueva York en 1932, es uno de los numerosos (e ignorados) rostros femeninos que formaron parte de la Generación Beat, que para algunos, cambió la cultura de la segunda mitad del siglo XX.

Se han escrito algunas antologías que recopilan algo de la obra de estas mujeres que quedaron a la sombra de los varones de la beat generation.

En 2015 se publicó en España (pero se puede conseguir acá en la Argentina) un intento por reivindicar su legado, «Beat Attitude, Antología de mujeres poetas de la generación beat», están recogidas allí las obras de diez poetas casi inéditas en español. Con prólogo de Annalisa Marí, también encargada de la traducción y la selección, el libro permite descubrir a autoras como la mencionada Kandel, Denise Levertov, Elise Cowen, Diane di Prima, Mary Norbert Körte, Hettie Jones, Joanne Kyger, Ruth Weiss, Janine Pommy Vega y Anne Waldman.


acá algunas poemas:
LEONORE KANDEL

LEONORE KANDEL:
Dios / Poema de amor

no hay otras vías para el amor que /la belleza/
y yo te amo por todas las vías
te amo / tu verga en mi mano
se aviva como un pájaro
entre mis dedos
mientras tú te hinchas y creces duro
en mi empuñadura
y obligas a que se abran mis dedos
con tu rígida fuerza
eres bello / eres bello
eres cien veces bello

con amorosas manos te palpo
con uñas color de rosa
y dedos largos te acaricio te adoro
con las yemas de mis dedos…
con las palmas de mis manos…
tu verga, que tengo tomada, se eleva y palpita
y es toda una revelación / como Afrodita lo sabía,
hubo un tiempo de dioses purificantes
/ y recuerdo las dulces noches en que
mamamos nuestros jugos
más deliciosos que la miel
/donde tú y yo hemos sido el templo
y el mismo dios/

DIANE DI PRIMA:

DIANE DI PRIMA
Tu lengua…

Tu lengua
es una
exploradora
que rompe
las prisiones
de mi cabeza.


Si me vengo
Si me vengo a vivir contigo,
¿me prometerías
un pedazo de carne los domingos,
una hojita de azucena
para olerla en la almohada,
un queso en el refrigerador,
un beso de lengua
entre las pesadillas?

Si no es así,
no me vengo contigo.


El día que te besé…

El día que te besé, la última cucaracha
se murió. Las Naciones Unidas
abolieron todas las cárceles. El papa
admitió a Jean Genet como miembro
del Colegio de Cardenales. La
Fundación Ford, con gasto enorme,
reconstruyó la ciudad de Atenas.

El día que hicimos el amor, el dios pan
volvió a la Tierra, Eisenhower dejó
de jugar al golf. Los supermercados
vendieron mariguana. Y Apolo leyó
poemas en el parque Union Square.

El día que retozaste en mi cuerpo
las bombas se disolvieron.

  No, pibe…
no pibe
nunca nadaremos
tú y yo al unísono;
pero nuestro sonido
sincopado será salvaje.

  ¿Puedes poseer tierra
puedes poseer casa
poseer derechos sobre el trabajo de otros
(acciones o fábricas o dinero prestado a interés)
Y qué piensas del producto de lo mismo,
cosechas, autos,
aviones arrojando bombas,
puedes poseer propiedades
para que otros te paguen una renta
A quién pertenece el agua
A quién pertenecerá el aire
cuando enrarezca?
  
Los indios americanos dicen que un hombre
no puede poseer más de lo que logre
cargar sobre su caballo.

lunes, 12 de febrero de 2018

Edgar Rice Burroughs y William Burroughs

WILLIAM SEWARD BURROUGHS (San Luis, Misuri, 5 de febrero de 1914 - Kansas, 2 de agosto de 1997) fue un novelista, ensayista y crítico social estadounidense y uno de los principales miembros de la Generación Beat.
Burroughs nació en el seno de una familia acomodada. Su abuelo inventó una máquina de sumar que serviría para fundar la Burroughs Adding Machines, empresa que aún existe (aunque pasó a llamarse Burroughs Corporation antes de la fusión que la convertiría en Unisys).
Terminó sus estudios en la Universidad de Harvard en 1936. Ya desde pequeño descubrió sus inclinaciones homosexuales y su pasión por las armas de fuego, que le acompañó toda su vida. Tras un periodo autodestructivo durante los años cincuenta en que incursionó en el consumo de drogas publicó su primera novela "Yonqui".
La novela relata el proceso de adicción del protagonista. Un amigo le ofrece vender morfina y a raíz de eso, la prueba. Sin embargo, no es un enganche inmediato, según el protagonista se necesitan dos pinchazos diarios durante dos meses para ser verdaderamente adicto a las drogas.  La historia continua con la entrada del protagonista en el mundo de la droga en Nueva York. Durante esa época se dedica a traficar con marihuana y a robarle  a los borrachos en el tren. Después de caer preso decide ir a un centro de desintoxicación donde no aguanta más de una semana y acaba fugándose. Luego viaja a Nueva Orleans, donde el mundo de la droga es más complicado ya que no conoce a nadie allí, mantiene algunas relaciones homosexuales y vuelve a recaer. Es detenido pero huye a México. En México intenta dejar la droga pero vuelve a fracasar una vez más. Finalmente se va a Colombia en busca de una droga desconocida y muy poderosa.

La escritura de Bourroughs tiene una técnica particular, en ella se entrecruzan sueños, fragmentos de relatos en borrador, citas propias y de otros autores, frases de periódicos y revistas, versos de viejas canciones, ideas que aparecen al correr del pensamiento, párrafos de cartas a los amigos carentes de todo contexto personal. Es la técnica del “cut-up” –“cut and paste”, se diría en lenguaje cibernético– o del collage, tan empleada en la pintura. Burroughs grababa al azar ese material aparentemente inconexo, escuchaba luego la cinta y la detenía en un punto para pasar a máquina una frase o varias. El segundo paso consistía en componer un texto doblando una de las páginas mecanografiadas e instalando la mitad en otra página “con la intención de alterar y expandir estados de conciencia en uno mismo y también en los lectores”. Decía que las palabras “están vivas como animales, no les gusta que las enjaulen. Corten las páginas y dejen a las palabras en libertad”.

EDGAR RICE BOURROUGHS fue el autor de Tarzán de los monos. No tiene ninguna relación con el beat. En 1911, después de trabajar como mayorista de sacapuntas de lápiz comenzó a escribir. Edgar era un gran lector de revistas de aventuras (denominadas popularmente "pulp fiction", por el aspecto amarillento del papel barato con el que se imprimían). En 1929, recordó haber pensado que "... Si la gente paga por escritos putrefactos tales como los que he leído en algunas de esas revistas, yo podría escribir historias igual de podridas. Doy por hecho que, a pesar de que nunca he escrito un cuento, ignoraba por completo que podía escribir historias igual de entretenidas y, probablemente, mucho mejores que las que tuve la ocasión de leer en esas revistas". Con el objetivo de su trabajo puesto en estas revistas "pulp fiction", Burroughs escribió su primer cuento, "Bajo las lunas de Marte", publicado en la revista All-Story en 1912.

Burroughs pronto se dedicó a la escritura a tiempo completo, y en el momento en que el recorrido editorial de "Bajo las lunas de Marte" estaba finalizando, había terminado dos novelas, entre ellas "Tarzán de los Monos", que se publicó en octubre de 1912 y se convirtió en uno de sus más exitosas series.
 Burroughs también escribió ciencia ficción popular, con historias de fantasía que implicaban aventureros terrestres transportados a varios planetas (sobre todo Barsoom, el nombre ficticio de Burroughs para Marte, y Amtor, su nombre ficticio para Venus); islas perdidas y en el interior de la tierra hueca en sus relatos de Pellucidar; así como westerns y romances históricos. Junto con All-Story, muchos de sus cuentos fueron publicados en The Argosy.

Tarzán fue una sensación cultural cuando apareció. Burroughs estaba decidido a aprovechar la popularidad de Tarzán en todas las formas posibles. Planeó explotar el personaje a través de varios medios de comunicación diferentes, incluyendo la tira cómica sindicada "Tarzán", películas y diversas mercancías. Los expertos desaconsejaron este tipo de promoción, afirmando que los distintos medios de comunicación al final terminan compitiendo unos contra otros. Sin embargo, Burroughs siguió adelante, y demostró que los expertos estaban equivocados, ya que el público demandaba el personaje de Tarzán de cualquiera de las maneras en que se le ofreció. Tarzán es uno de los personajes de ficción de mayor éxito hasta la fecha y es un icono cultural.


Allen Ginsberg II

Resultado de imagen para allen ginsberg en chileAllen Ginsberg estuvo en Chile en enero de 1960. Vino por dos semanas y se quedó tres meses, la mayoría del tiempo en la casa de Nicanor Parra. Se juntó con Gonzalo Rojas, Ernesto Sábato, Violeta Parra, Jorge Teillier y muchos escritores y poetas de la época.  El "Primer Encuentro de Escritores Americanos" en la Universidad de Concepción fue la razón de la visita. Gonzalo Rojas fue el de la idea: "Todo esto se gestó en noviembre de 1959, cuando me contacté en San Francisco con la librería de Ferlinghetti, City Lights, donde mandé una invitación a cuatro escritores de la Beat Generation. Vinieron dos. Lawrence Ferlinghetti y Allen Ginsberg. Jack Kerouac se excusó".

Nicanor Parra no los conocía, ellos tampoco a él, aunque Parra era citado como influencia para su poesía: en 1954, el poeta chileno había editado los "Poemas y Antipoemas" y en el 56, Ginsberg dio a la luz su célebre "Howl" ("He visto a las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas, histéricas, desnudas/ arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de una dosis furiosa..."). Desde Las Cruces, el antipoeta se recuerda: "Él estaba más bien en la onda gay, era lo que más le interesaba". Cuenta la leyenda que cuando le preguntaron en el aeropuerto a qué había venido a Chile, Ginsberg respondió "Vengo a coger", pero Parra no confirma la anécdota, ni tampoco lo hizo Ginsberg en una entrevista concedida a Noreste en 1987 .


Según la evasiva respuesta de Ginsberg, "puede ser (que haya dicho eso). En Santiago conocí a mucha gente, salíamos a los bares de la calle Alameda... Tengo muchos amigos en Santiago". "Y sepa Moya si lo hizo, esa era su vida privada", acota Parra.
Ángel Parra, que también estuvo con el poeta, cuenta desde París que éste se adaptó muy rápidamente a Santiago y que fue a San Diego a comprarse un overol azul. "De esos que tienen pantalón", recuerda su tío Nicanor en el Litoral Central. "Y nada más, ropa interior, no. Evidentemente que eso llamaba la atención".

Bueno, Ginsberg también llamaba la atención cuando hablaba. En Concepción dijo que era "urgentemente necesario importar algunos kilos de marihuana para los escritores chilenos a fin de despertar su dormida percepción". Para Gonzalo Rojas, "llegó haciéndose, un poco presuntuosamente, el dueño de la cosa, como el desafiante". En todo caso, cuenta que eso era "pintoresco, simpático, con aire de mundo, y sirvió para ventilar al país".

Nicanor Parra se acuerda que Ginsberg se adueñaba de los recitales de poesía. Años después, Parra siguió recitando junto a él en Nueva York y en distintos congresos y siempre llevaba algo preparado para hacerle el peso.

En su paso por Concepción, Allen Ginsberg se instaló ante mil personas en el Foro de la Universidad, leyó poemas de su libro "El Aullido", en inglés, y el escritor Fernando Alegría, que lo había traducido, lo iba leyendo en español en forma simultánea.
 Luego de Concepción, el gringo beat visitó Ancud, Bariloche, Temuco y de vuelta a Santiago. Ginsberg nunca se quedaba en un solo lado y esta no fue la excepción. La capital era sólo la escala para aventurarse en la ruta inca que había efectuado su amigo William Burroughs siete años antes. Claro que en la pasada conoció al clan Parra en extenso y también la bohemia santiaguina de la época. Nicanor Parra lo hospedó cerca de un mes en su casa de La Reina y compartió con Violeta y Ángel Parra, que vivían cerca. Todo esto mientras esperaba que su amigo Ferlingetti, que había vuelto a Norteamérica, le enviara unos cheques que le permitirían ir a Perú y Bolivia.
  De los seis meses que pasó en Sudamerica, tres los pasó en Chile. Luego, partió a Perú, Bolivia, y se fue a la India, a exorcisar los dolorosos recuerdos de la muerte de su madre Naomi Ginsberg, presa de la esquizofrenia, a quien le dedicó su monumental letanía Kaddish que escribió en una sola noche. Poema que hizo poco antes de este viaje. Cuando ya era una leyenda viviente.