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martes, 30 de septiembre de 2014

Stanislaw Lem, un polaco escritor de varios géneros.

EL ACERTIJO, un cuento de Stanislaw Lem El
padre Cincán, el Doctor Magnéticus, se hallaba sentado en su celda, y en aquel monacal silencio, mientras estudiaba el comentario de Clorofanto Omnicki sobre el famoso fragmento sexto, "Acerca de la creación de los robots", el crujido de sus huesos resonaba con fuerza cuando se movía, pues había decidido dejar de practicar la mortificación mediante los ungüentos. Concentrado, tras haber terminado el versículo que aborda la programación del Universo, ojeaba las coloreadas láminas que representaban al Señor en el acto de insuflar el espíritu en el hierro, su preferido entre todos los metales. En ese momento, el padre Clorián entró en la celda sin hacer ruido y permaneció tranquilamente junto a la ventana para no interrumpir las meditaciones de tan eximio teólogo. -¿Qué tal, mi Cloriancito? ¿Qué me cuentas? -lo saludó poco después el padre Cincán, levantando sus cristalinos ojos del volúmine. -Señor y Padre -dijo aquel-, le traigo el Halogénico, el libro que el Santo Oficio proscribió recientemente; un libro nacido del susurro satánico que fue escrito por el terrible Marmagedón Lapidor. Incluye la descripción de los obscenos experimentos con los que este intentó derrocar al Poder verdadero. Dicho eso, colocó delante del padre Cincán un fino librito que había sido debidamente sellado por el Santo Oficio. El anciano se frotó la frente y de ella se desprendió un poco de herrumbre que fue a caer sobre las páginas del folleto, que había tomado en el ínterin con gran rapidez, mientras pronunciaba estas palabras: -¡No es nada terrible, nada terrible, mi Clorete! Más bien desgraciado a causa de sus errores. Mientras hablaba, hojeaba el macilento libro y, al advertir los nombres de capítulos tales como "Sobre los ductilaxos, los morbidacos y los maleabilis Pallens", "Sobre los lácteos pensantes", "Sobre la génesis de la Razón de una Máquina Irracional", apareció en sus labios una insignificante sonrisa, a la vez que bondadosa, hasta que al fin dijo: -Tú, Clorete, y tu Santo Oficio, por el que tengo un más que profundo respeto, abordáis este asunto de una forma totalmente errónea. ¿Qué es lo que, en realidad, tenemos aquí? Pues, simplemente, puñetas en vinagre, soberanas tonterías, falsas leyendas interpretadas por enésima vez y cuya trama se basa bien en aquellos blandurrios, morbiduchos o maleables Pallens (según otros apócrifos), o bien en los Gelatinados, que supuestamente nos crearon, hace muchísimo tiempo, a base de alambre y de tornillos. -¡Por el Altísimo! -exclamó el padre Clorián, estremeciéndose. -De poco sirve maldecir a diestro y siniestro -dijo el padre Cincán, y prosiguió su alegato bondadosamente-: En realidad, ¿no es más sensata la postura del padre Etérico, de los Ciclotrones, quien, hace ya tres décadas, afirmó que no era éste un problema de carácter teológico sino más bien propio de las ciencias naturales? -Pero, padre Cincán -repuso el padre Clorián, con un fatigoso hilo de voz que adelgazaba por momentos-, está prohibido proclamar esa doctrina ex cathedra. Si no la hemos censurado ya, es únicamente por la devoción de su autor, quien. -Tranquilízate, mi Clorete -dijo el padre Cincán-. Está muy bien que no se proscribiera, porque, al fin y al cabo, no suena tan mal. En una ocasión, Etérico dijo que, incluso suponiendo que en verdad hubieran existido los llamados Suavetos, que supuestamente nos crearon en sus laboratorios, al menos, antes de que se aniquilaran a sí mismos, esto no contradeciría en modo alguno la génesis sobrenatural de todo espíritu, pues a fin de cuentas todo obedecería a la voluntad del Señor, quien en su omnipotencia favoreció que aquellos anodinos paliduchos pudieran convertirse en una competente herramienta creadora. Del mismo modo, sería Él quien confió a sus manos la construcción del pueblo de acero, el mismo que, hasta el día del Test Final, se encargará de elevar a la esfera divina, como plegaria, sus agradecidos cacareos. Considero que, en efecto, toda postura contraria, que de forma categórica niegue semejante posibilidad, sonará a herejía, dado que, en contra de las Escrituras, negará la omnipotencia del Señor. ¿Qué me dices a esto? -De cualquier manera, padre Cincán, el Doctor de la santa teología, Ciborax, demostró que toda la Pozología del palidólogo Turmalín, la misma en la que, junto con aquellas tesis que insultan la inteligencia, se basó el páter Etérico, incluye un buen número de blasfemias. El libro afirma que los Pozolos no creaban a sus descendientes a partir de los típicos planos, con la participación de los ingenieros de fetostrucción y mediante el montaje de piezas prefabricadas, que es la única manera efectiva de llevar a cabo semejante proeza. Por el contrario, emprendieron semejante tarea sin haber realizado estudios de ninguna clase, ni poseer siquiera la documentación adecuada; es decir que obraron clandestinamente, e incluso sin ningún tipo de análisis o reflexión que los guiase. Entonces, ¿cómo es posible que crearan un descendiente sin basarse en un proyecto previo? Podría comprender que fuera ilegal, según un plan que, digamos, no haya sido aceptado por la correspondiente instancia del Departamento de la Industria Demográfica, pero ¡¿que se haga sin ninguna documentación en absoluto?! -Es raro, lo reconozco, aunque, dime, ¿en qué consiste esa blasfemia que tanto te inquieta? -Discúlpeme, excelencia, pero me resulta extraño que sea incapaz de verla. Si lo sabían stante pede, ex abrupto, expromptu, lo cual, hoy y aquí, requiere tener finalizados unos estudios superiores, la presentación del proyecto ante una comisión, así como su peritaje, cada una de aquellas criaturas debía de poseer una competencia fetostructiva tal que no les sería difícil emular los conocimientos de nuestros cibernéticos y doctores más insignes, así como, quizás también, de nuestros doctores en informática con estudios de postgrado. ¿Acaso es esto posible? ¿Es que cualquier chisgarabís, sin pensar siquiera, era capaz en aquel entonces de dar vida a una criatura? ¡¿Cómo es posible que supieran hacerlo?! Una alternativa al diploma sería, pues, alguna forma de obtener esa descendencia sin la ayuda de los conocimientos pertinentes, de un tirón y mediante unos cuantos empujones (apenas pueden salir estas palabras de mi boca), porque es así como se les atribuye la potencia creationis ex nihilo, creación a partir de la nada, y, por tanto, el poder necesario para realizar milagros, facultad que, como bien sabe, es propia y exclusiva de nuestro Señor. -¿Estás diciendo que, o bien eran unos genios de la concepción, o bien hacían milagros? -preguntó el padre Cincán-. Pero el palidólogo Dialisio escribió que, aunque no creaban a sus párvulos tras las sesiones de un consejo de sabios, ni tampoco entre la multitud, no lo hacían a solas, sino en parejas. ¡Es aquí donde creo poder observar cuál era su especialidad! De ello dan fe los términos preservados, que han llegado hasta nosotros gracias a los desastrados folios que fueron salvados de los incendios de las bibliotecas: "Guapito", "Guapita" (donde debería decir "Suavito" y "Suavita"), por tanto semper duo faciebant collegium multiplicationis, ¿no crees? Buscaban estar a solas con el fin de plantearse las consultas, de comentar los dibujos técnicos y realizar los cálculos pertinentes. En cuanto a los conceptos, seguro que los analizaban, porque sin conceptos la propia concepción resulta imposible, como bien indica su etimología. ¡Cómo no!, ¡aquí no cabe ninguna duda, mi Clorete! Es innegable que realizaron diversas investigaciones antes de proceder al montaje de los microelementos, pues no podría ser de otra forma. La creación de un ser inteligente, sea duro o blando, no es una cuestión menor. -Me atreveré a decir, pues, lo que preferiría no llegar a decir nunca -replicó el padre Clorián con voz temblorosa-: Su pensamiento, reverendo padre, ¡discurre por sendas peligrosas! Dentro de poco, me dirá usted que es posible engendrar no ya junto a la mesa de dibujo, una vez los prototipos han sido puestos a prueba en el laboratorio y con la máxima concentración del espíritu, sino en la cama, sin ninguna clase de modelos o estudios, a ciegas, a tientas, y como quien no quiere la cosa. Se lo imploro y se lo advierto, ¡esto no sólo es un vano sinsentido, en ello veo la mano de Satán! Entre en razón, padre. -¿Crees acaso que Él se toma tantas molestias? -contraatacó el terco anciano-. Dejemos de lado, por el momento, los arcanos de la procreartesanía. Acércate y te confesaré un secreto que quizás te tranquilice. Ayer me enteré de que tres químicos del Instituto Coloidal habían logrado fabricar, a partir de gelatina, agua y algo más (creo que queso) un pudin que denominaron "Cerebro Gelatínico". Y éste no sólo es capaz de llevar a cabo operaciones de álgebra superior, sino que ha aprendido a jugar al ajedrez, e incluso en una ocasión le hizo jaque mate al director del Instituto. Como ves, es inútil empeñarse en que las ideas no pueden permanecer dentro de esta gelatina y, sin embargo, esto es lo que defiende ¡la inquebrantable postura del Santo Oficio!

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Mas de Leonard Cohen y presentamos a Alejandro Zambra

En el programa del 22 de septiembre de 2014 recordamos la música de LEONARD COHEN que cumplió 80 años y escuchamos sus grandes éxitos. Al final leimos en la ssección de El Mercenario, la letra traducida de "Every Body Knows·. Presentamos al escritor chileno ALEJANDRO ZAMBRA, leímos un editorial de Bicho, que lo destaca y disfruta de su obra. Analizamos la novela corta "Bonsái" la obra mas reconocida de Zambra y comentamos su ensayo "No leer". El innombrable Cada vez que en mis conversaciones con amigos aparece el nombre de Alejandro Zambra alguien levanta una ceja.  No sé porqué pero siempre pasa.   En dichas ocasiones suelo detectar cierto resquemor respecto a Zambra, un recelo cauteloso, una envidia muy bien disfrazada.  Muy pronto alguien cambia el tema, como diciendo: Zambra es otro invento de los medios, y yo me quedo con la sensación que algo que nadie ha dicho ha sido lo más importante de toda esa charla. Seamos ordenados, para variar un poco: Alejandro Zambra nació en 1975, es lo que se dice un autor relativamente joven y ha publicado los libros de poemas Bahía Inútil y Mudanza, las novelas Bonsai, La vida Privada de los árboles, y Formas de Volver a casa, estos tres volúmenes en la sacrosanta editorial Anagrama y el libro de reseñas o criticas literarias No leer. Lo primero que uno nota entonces en Zambra es su ductilidad, la capacidad de metamorfosis, de pasar de un género a otro que alguna vez también lucio Enrique Lihn.  Mientras otros autores se quedan cómodamente atrincherados escribiendo en un género particular, Zambra parece moverse con facilidad entre uno y otro. Es un polifuncional.  Siguiendo con la metáfora futbolística, Zambra es un autor que juega en España (con Anagrama), lo que debe generar cierta tirria, pues ya no hablamos de un super ventas estilo Isabel Alllende en Chile u otros autores en el resto de América, cuyo éxito puede ser fácilmente explicado por mis connacionales como: circo para las masas.  Aquí, en cambio, hay inteligencia y talento, en amplias dosis, y sea quizás una de las causales de que sea tan problemático nombrar a Zambra en reuniones literarias. Sobre No Leer: Es un volumen casi de desagravio.  Zambra nos explica que durante años trabajó de critico, haciendo reseñas de libros que no pocas veces resultaban ser espantosos (Jorge Edwards es mencionado un par de veces a propósito de este tópico), libros perfectamente detestables y que para peor debía leer dos veces seguidas para hacer una crítica más o menos atildada o justa.  En ese sentido, Zambra explica que se generó en su interior una suerte de angustia libresca en torno a la necesidad de hablar alguna vez de libros que a él si le gustaran, que realmente disfrutase, en vez de los usuales bodrios que su editor le entregaba de tarea cada semana. Es, en ese sentido, que surge este libro, que se empezó a forjar cuando Zambra se libró del yugo del trabajo en las ultimas noticias, y comenzó a escribir en otros medios, chilenos o extranjeros, acerca de libros que si eran más de su agrado y a la pasada digo que en No Leer uno encuentra reseñas o apuntes sobre Natalia Ginzburg, Juchiniro Tanizaki, Manuel Puig, J.M. Coetzee, Cesare Pavese, Mario Levrero, Gonzalo Millan y sobre Jesucristo superestrella: Roberto Bolaño. Las reseñas de No Leer suelen ser breves, una pagina y media, a veces dos, de lectura rápida, un estilo a Fabián Casas en lo personal. Sospecho que Zambra debe escribir originalmente cinco o seis paginas y luego se entretiene podándolas hasta verlas reducidas a esos pequeños artefactos.  Es un juego oriental el que practica, un juego donde la exactitud y la minuciosidad predominan y que, puestas a contraluz, uno se da cuenta que son reseñas muy buenas, únicas, desafiantes, donde a veces Zambra menciona a Peter Esterhazy o Josefina Vincens o George Oppen o Kobo Abe, autores que a uno no le suenan ni de lejos, y ahí Zambra lo manda a uno a la biblioteca, lo que siempre es un buen regalo de parte de un autor. A propósito de la Pieza Oscura de Enrique Lihn (Enrique Lihn Carrasco fue un poeta, dramaturgo, novelista, crítico y dibujante chileno), Zambra escribe: La infancia es, entonces, un tiempo al servicio de los fantasmas, un lugar donde poner imágenes que, vistas desde el presente, conforman una especie de arraigo.  Un arraigo desde luego difícil, vacilante: la pieza oscura es el lugar donde se revelan las fotografías, donde aparecen, por primera vez fijadas en papel, imágenes que al mismo tiempo autorizan y destruyen la identidad. Aunque uno no tuviera idea quien es Lihn, no hubiese leído un solo libro, un solo poema de Lihn, uno no podría evitar prestarle atención a esta clase de textos, a esa voz que viene desde lejos, con potestad, una voz casi bíblica, precisiones sobre precisiones que ponen los pelos de punta. Igualmente ocurre con el ensayo sobre Cesare Pavese, una hermosidad… queda abierta la invitación a leer NO LEER de Alejandro Zambra.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Felices 80 años Leonard Cohen, premio Príncipe de Asturias de las letras 2011, un combo de música y poesía perfecto... Collar de Perlas te recuerda...

martes, 16 de septiembre de 2014

Nicanor Parra cumplió 100 años

En el programa del 15 de septiembre de 2014 homenajeamos a NICANOR PARRA poeta chileno que el 5 de septiembre pasado cumplió 100 años. Recordamos su pasado como profesor de física y matemática y su ingreso a la literatura como creador de la antipoesía. Leímos algunos de sus poemas y escuchamos música de su hermana Violeta, de los Jaivas y la versión del poema Sinfonía de cuna por el grupo de rock Chancho en Piedra. Para El Mercenario, un tema de Bob Dylan que le gustaba a Parra, Tombstone blues.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Felices 100 años don Nicanor Parra!!
"Advertencia al lector en la voz"
de Nicanor Parra

https://www.youtube.com/watch?v=Y1gJu-PlEvg#t=116

martes, 2 de septiembre de 2014

Karl Ove Knausgard

En el programa del 1º de septiembre de 2014 hablamos del escritor noruego KARL OVE KNAUSGARD que ha resultado ser un best seller aún contra su voluntad, al escribir una extensísima autobiografía novelada en seis tomos. A partir de la muerte de su padre y luego inspirado en su divorcio, su segundo matrimonio y la aparición de sus hijos, Knausgard escribiò el día a día de su vida, detallando los más intimos recuerdos y experiencias provocando una revolución en sus lectores y en la literatura actual.